Los Dos días de Mireya: Allá vamos

viernes, 14 de enero de 2011

Allá vamos

Parte de la plantilla Kapelmuur 2011

Esta mañana ha tenido lugar la presentación del equipo AACC Kapelmuur 2011. Al contrario que el pasado año, en el que nos dábamos a conocer y optamos por un acto más "oficial", se trataba de hacer algo sencillo, una jornada de convivencia entre todos los miembros del equipo que pudiesen acudir, lo cual resulta siempre complicado dado que la gente tiene otras obligaciones, no nos dedicamos al arte del pedaleo más que en las horas libres (o algunos, porque ya se sabe que nadie entrena... y todos andan).

La cita era a las 9 de la mañana en el Pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza. Se decidió hacer este año la presentación en la capital aragonesa (y no en Sabiñánigo) como "guiño" a los kapelmurienses foráneos, para que de esta forma tuviesen más facilidad para acudir los valencianos, madrileños, turolenses... Y es que en Kapelmuur semos muy internacionales, hasta franceses tenemos oiga.

Lo primero, sesión fotográfica; lo de las fotos es algo bastante curioso, a todos nos parece que salimos mal, "huy qué mal salgo, huy qué poco fotogénico/a soy...". No, craso error. ERES ASÍ. En todo caso, el lugar en el que sales "mal" es en el espejo. Espejogenia lo llaman.

Tras este ineludible aporte cultural, continuamos con la crónica. 15 corredores de los 30 o así (vaya usted a saber) de la "plantilla" se presentaron en Zaragoza. A los componentes del equipo se sumaron unos cuantos amigos de la zona que quisieron acompañarnos en esta jornada, componiendo así una grupeta con alto grado de pestosidad (el pestosímetro llegó a marcar 5,7 en la escala Pestoss&Pain, al paso por el alto de Valmadrid, ni hablar ya de la llegada a Cariñena... Casi revienta. Chema, déjate de vatios ni gaitas... La moda ahora será entrenar por pestosidad). La ruta consistía en dar la vuelta por Valmadrid, Fuendetodos y Cariñena, regresando por la carretera de Valencia. En total, unos 140 km con más de 1000 metros de desnivel acumulado, que se hicieron a una media de más de 20 y menos de 40 km/h, completando así un entrenamiento de gran calidad de cara a la temporada que pronto comienza. Pero más que la ruta, lo mejor de la mañana fue el almuerzo que nos metimos entre pecho y espalda en Cariñena; de la forma que engullía alguno, es prácticamente seguro que no le dan de comer en casa. Mención especial para Rubén Juan, qué tío... No dejó ni las migas, se comió su plato y el de los dos de al lado... Así no vas a afinar, Rubén. Recapacita.

Comando almendrón Kapelmuur + infiltrados

Y de esta forma finalizó la jornada, que sirvió como primera toma de contacto seria para el equipo de cara a lo que llega, una temporada en la que esperamos dar un poquito más de mal que la pasada... Aunque nos conformaremos con pasarlo bien allí donde nos desplacemos a arrastrarnos patéticamente sobre las dos ruedas.